por Marcela Danowski

"La educación no es llenar un balde, sino encender un fuego." - William Butler Yeats

A medida que el sistema educativo continúa evolucionando, constantemente se continúa buscando mejorar la experiencia de nuestros alumnos más allá de los métodos tradicionales como ser los libros de texto y exámenes formales. Hoy en día, nosotros los educadores no somos meramente transmisores de información, sino responsables de crear una atmósfera que pueda moldear e influir en la mente de nuestros estudiantes.

Al explorar el alcance de la Educación Positiva y el desarrollo de una mentalidad de crecimiento, nos surge una pregunta indispensable: ¿Cómo podemos los educadores encender esa chispa transformadora en nuestras aulas? Sin lugar a dudas, si analizamos las estrategias pedagógicas aplicadas en nuestras aulas, todos los educadores y formadores de maestros pueden implementar técnicas que fomenten la positividad y así lograr cultivar una mentalidad de crecimiento, tambiên llamada Growth Mindset, lo que dará como resultado que podamos tener clases dinámicas y estimulantes.

Construyendo caminos a través del lenguaje positivo:

En nuestras aulas, una atmósfera emocional propicia para nuestros alumnos se construye mediante el uso del lenguaje positivo. El mismo va más allá de simplemente transmitir conocimientos sino que la forma en que nos comunicamos con nuestros alumnos tiene una gran importancia. No debemos desestimar el poder que tienen las afirmaciones y palabras optimistas y su impacto positivo en los estudiantes. A veces con tan solo cambiar un comentario como “Muy bien” por “ estoy orgullosa de todo el esfuerzo que has demostrado en esta actividad” puede hacer la diferencia. Como destaca el psicólogo Martin Seligman, las palabras tienen la increíble capacidad de moldear de manera positiva nuestra realidad. Por lo tanto, resulta esencial que los educadores sean conscientes de las implicancias de sus palabras y las elijan cuidadosamente, con el objetivo de inspirar confianza, motivación y, sobre todo, una perspectiva positiva en sus alumnos.

TIP: Reconocer el esfuerzo sobre el resultado

Al momento de brindar retroalimentación a nuestros alumnos, es importante que nos enfoquemos en el proceso en lugar de solo en el resultado final. Resulta esencial reconocer y aplaudir el esfuerzo, el compromiso y la perseverancia que los estudiantes ponen en su trabajo. Este pequeño cambio de perspectiva logrará reforzar la idea de que el éxito no se limita a tan solo los talentos naturales que una persona puede poseer, sino que se puede lograr a través de la diligencia y el progreso continuo.

TIP: Crear una pizarra de la Positividad

Una idea muy sencilla es transformar una pizarra de nuestras aulas en un “Rincón de la Positividad" e invitar a los estudiantes a contribuir con frases positivas, compartir sus logros o inclusive dejar mensajes amables a los demás compañeros. De esta forma, podrás observar cómo los estudiantes se conectan y apoyan mutuamente, internalizando el mensaje de que la positividad es un trabajo en equipo.

TIP: Emplear un lenguaje positivo en las conversaciones diarias

Como docentes, debemos incorporar la positividad en nuestras conversaciones e interacciones diarias que tenemos con los estudiantes eligiendo conscientemente un lenguaje optimista y alentador. Ya sea durante las puestas en común, al dar feedback o simplemente en conversaciones casuales, debemos de realizar un esfuerzo consciente para tratar de emplear palabras que inspiren y motiven a nuestros alumnos. Este es un simple hábito que sin lugar a dudas ayudará a fomentar un ambiente de aula positivo y solidario que luego facilitará el aprendizaje.

TIP: Conectar el aprendizaje con situaciones reales del mundo

No hay nada mejor para enriquecer el proceso de aprendizaje de nuestros alumnos que lograr conectar conceptos trabajados en clase con situaciones de la vida real. Al mostrarles a nuestros alumnos la relevancia práctica de su aprendizaje, lograrán entender el propósito de sus estudios y así también desarrollarán una actitud más positiva hacia con su aprendizaje, inclusive hasta pudiendo convertir en Agentes de cambios positivos.

Fomentar la Mentalidad de Crecimiento (Growth Mindset):

El hablar de mentalidad de crecimiento en el ámbito educativo, no es nada “innovador”. La misma fue desarrollada por la renombrada psicóloga Carol Dweck, quien desafía la creencia de que la inteligencia y los talentos de las personas son cualidades predefinidas. Sin embargo, una mentalidad de crecimiento nos ayuda a fortalecer la creencia de que con determinación y esfuerzo, las habilidades de uno pueden mejorar continuamente. Ahora sí, quizás lo más complicado sea descubrir cómo aplicar esta teoría a la práctica y convertirla en técnicas tangibles para nuestras aulas.

TIP: Incorporar experiencias de mentalidad de crecimiento

Una práctica muy interesante y rica es lograr incorporar los principios de la mentalidad de crecimiento en nuestra enseñanza cotidiana, logrando entrelazar historias y narrativas de personas que hayan logrado desarrollar esta mentalidad de crecimiento en sus vidas. De esta forma, debemos brindar el espacio en nuestras aulas a aquellos que lograron enfrentar obstáculos, persistieron y finalmente triunfaron. Estos relatos personales podrán llegar de manera más concreta y directa a nuestros alumnos, sirviendo como demostraciones impactantes para poner en práctica la mentalidad de crecimiento.

TIP: Cambiar la forma de evaluar

En lugar de concentrarnos únicamente en las notas, es importante involucrar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje y eso lo podemos lograr a través de conversaciones significativas sobre su aprendizaje, las habilidades que han adquirido y el progreso que han logrado, como así también establecer juntos nuevos objetivos. Al cambiar el enfoque hacia el proceso de aprendizaje, podemos reforzar el concepto de que la inteligencia no es algo innato y fijo en cada uno de nosotros, sino que la misma crece y se logra desarrollar con el tiempo.

TIP: Fomentar la reflexión y establecer nuevas metas

Para mejorar el aprendizaje de nuestros alumnos, no hay nada mejor que incorporar la práctica de establecer nuevos objetivos y metas. Como educadores, es nuestra responsabilidad motivar a nuestros alumnos a que puedan ellos mismos detectar sus áreas a mejorar y establecer metas a corto y largo plazo, promoviendo así un sentido de propósito y dirección. Al reflexionar regularmente sobre su progreso hacia estas metas, los estudiantes lograran obtener una comprensión más profunda del poder de la mentalidad de crecimiento.

TIP: Crear un ambiente de aprendizaje centrado en el crecimiento

Como educadores debemos fomentar la creación de un entorno de aprendizaje dinámico e inspirador que priorice el crecimiento y el avance que nuestros alumnos tienen. Debemos mostrar continuamente y con orgullo el progreso de los estudiantes, aplaudiendo sus logros y fomentando una mentalidad que abrace los desafíos como oportunidades de crecimiento. Tal atmósfera refuerza la noción de que el aprendizaje es un viaje continuo y siempre evolutivo, no así centrándonos en los resultados y crear un ambiente hostil y competitivo entres los alumnos.

TIP: Crear un aula “emocionalmente inteligente”

Actualmente, tener una fuerte inteligencia emocional es una habilidad crucial que va más allá del éxito académico. Sir Anthony Seldon, un educador británico, enfatiza la importancia de la Educación Positiva en el desarrollo del individuo completo. El cultivar la inteligencia emocional requiere la capacidad de percibir y regular las emociones, tanto para los maestros como para los estudiantes. Promovamos un entorno que aliente a los estudiantes a articular y comprender sus emociones. Esto lo podemos desarrollar habilitando en nuestras aulas periodos exclusivos al trabajo y desarrollo de las emociones con diferentes propuestas dinámicas y pedagógicas, permitiendo a los estudiantes compartir abiertamente sus ideas. Al cultivar una comunidad abierta a las emociones, los estudiantes obtienen una comprensión más profunda de perspectivas diversas y mejoran sus habilidades interpersonales.

TIP: Implementar prácticas de Mindfulness

La incorporación del Mindfulness en las rutinas diarias de nuestras clases puede beneficiar enormemente tanto el bienestar de los estudiantes como su compromiso académico. Desde ejercicios fáciles de seguir como la respiración consciente y breves momentos de reflexión, pueden promover eficazmente una atmósfera de trabajo tranquila y focalizada. Sin lugar a dudas, de esta forma estaremos nutriendo el bienestar emocional de nuestros alumnos, y estas prácticas finalmente permitirán que los estudiantes se involucren y destaquen aún más en su aprendizaje.

TIP: Sé un modelo de la inteligencia emocional

Es importante que como educadores, nos convirtamos en modelos a seguir para nuestros estudiantes mostrando inteligencia emocional a través de nuestras propias acciones. Es nuestra responsabilidad y deber mostrarles a nuestros alumnos cómo navegar con gracia por desafíos, estrés y conflictos. Nuestro ejemplo es una lección muy valiosa para enseñar la importancia de la inteligencia emocional.

El camino hacia la Educación Positiva:

A medida que los educadores se adentran en el mundo de la Educación Positiva y el desarrollo de una mentalidad de crecimiento, es crucial reconocer que todo cambio lleva su tiempo. Cada palabra positiva y principio de mentalidad de crecimiento que tratemos de incorporar en nuestra cotidianidad contribuye a una evolución aún más grande. Permitamos que el aula sea un lugar de exploración, donde plantemos todos juntos las semillas de la positividad y el crecimiento, las alimentemos y finalmente logremos cosechar las recompensas.

Según John Hattie, cuando los estudiantes tienen confianza en su capacidad para mejorar a través del esfuerzo, eso los motiva a trabajar más duro y conduce a un mayor éxito. Como educadores, no solo impartimos conocimiento; debemos encender el amor por el aprendizaje, fomentar la resiliencia e inculcar una sed de conocimiento de por vida en cada estudiante. La educación positiva no es simplemente un concepto teórico; es una dedicación de nuestra parte a dar forma a un futuro más brillante y empoderado. Mi gran deseo es que con estas pequeñas técnicas prácticas compartidas, los educadores encuentren la inspiración para cultivar aulas que no solo eduquen la mente, sino que también nutran el corazón y el alma.

Referencias

Hattie, J. (2012). Visible Learning for Teachers: Maximizing Impact on Learning. New York, NY: Routledge.

Seldon, A. (2018). The Fourth Education Revolution: Will Artificial Intelligence Liberate or Infantilise Humanity? University of Buckingham Press.

Seligman, M. E. P. (2011). Flourish: A Visionary New Understanding of Happiness and Well-being. New York, NY: Free Press.

Dweck, C. S. (2006). Mindset: The New Psychology of Success. New York, NY: Random House.

Author Biography

Marcela Cecilia Danowski is a graduate Teacher of English. She holds a Diploma in English Phonetics and Phonology and Educational Management. She is currently completing a postgraduate degree in English Language.

She has been teaching General and Business English for more than 20 years in different private institutions, as well as carrying out coordination roles. She also works as a Speaking Examiner for various English Language Assessment Institutions.
She holds the chair for ‘Prácticas Discursivas de la Comunicación Oral I’, ‘Prácticas Discursivas de la Comunicación Escrita IV’ and ‘Introducción al Inglés con Fines Académicos’ at different Teacher Training Colleges in Buenos Aires.

In recent years, she has delivered talks at local, regional, and international conferences as a freelancer and published articles in academic journals.